El evento multideportivo dejará un legado al ser sostenible y amigable con el medio ambiente, enviando un mensaje inspirador para otras regiones y ser ejemplo para otros certámenes deportivos del país.
«La decisión de convertir los Juegos Nacionales y Paranacionales en una versión ecológica, es un compromiso valioso para abordar la problemática ambiental actual y destacar el papel relevante que puede tener el deporte en la promoción de prácticas sostenibles», asegura Juan David Manrique Panesso, el coordinador departamental del Quindío de la estrategia Legado y Sostenibilidad.
En este sentido y en colaboración con entidades gubernamentales, organizaciones ambientales y la sociedad civil, se ha diseñado un enfoque integral que abarca diversas áreas para hacer de los Juegos Verdes una realidad.
Algunas de estas acciones claves incluyen la sostenibilidad en la infraestructura, con el fin de reducir la huella de carbono con la utilización de energías limpias en las instalaciones deportivas, reduciendo así la emisión de gases contaminantes.
De igual manera, la gestión responsable de residuos sólidos y reciclaje, evitando la generación excesiva de desechos y fomentando la economía circular, como también la concienciación ambiental a través de campañas educativas y actividades de sensibilización, para involucrar atletas, espectadores y comunidades locales en la importancia de la protección del entorno ambiental.
Por último, una de las acciones fundamentales está relacionada con la conservación de la biodiversidad, al ser el Eje Cafetero una de las regiones más diversas de todo el país.
Así, los XXII Juegos Nacionales y VI Pananacionales Eje Cafetero 2023 marcarán un hito, al convertirse en las primeras justas deportivas de su tipo en tener un enfoque ecológico y sostenible. Esta iniciativa surge como una respuesta a la creciente preocupación por el cambio climático y la necesidad de promover prácticas respetuosas con el medio ambiente en el ámbito deportivo.